25 septiembre 2010

Olivia

María Olivia se llamaba mi abuela, la matriarca de los González, madre de 11 hijos y la mejor abuela del mundo.

Es difícil escribir sobre alguien que uno amo mucho y que recientemente falleció. Hace meses que mi abuela no estaba bien, sufría de fibrosis pulmonar además de otras afecciones que en su momento agravaron aun más su cuadro medico, mi abuela llego a tener solo un 40% de capacidad pulmonar en ambos pulmones, lo que la mantenía con constantes crisis respiratorias, finalmente un desdichado día mi abuela sufrió dos paros cardiorespiratorios y como consecuencia de todo ello mi abuela falleció.

Siempre recordaré a mi abuela como una mujer trabajadora, preocupada de sus casa, de sus cosas y su familia. Su mano nunca tembló al momento de corregir a un hijo o a un nieto. Una vez en particular me tuvo sentada en la mesa hasta las 6 de la tarde por que yo no me quería comer los porotos y no me pudía parar hasta que me los hubiese comido todos, de mañosa, porfiada y terca termine comíendomelos fríos y a las 6 de la tarde cuando me di cuenta que realmente iba a estar ahí hasta la noche si no me los comía.

Mi abuela nunca dio grandes muestras de cariño de hecho no le gustaban mucho los abrazos y los besos, le cargaban y decía " ya saquenme a esta o este pegajoso de acá!" no había forma, simplemente no le gustaban las muestras de cariño. Ella demostraba su afecto de otras formas, con una galletita, un buen comentario, un billetito bajo la manga, y muchas otras formas en que ella en su particular forma nos demostró cuanto nos quería.
Quizás me dijo más de una vez que me quería, pero la que más recuerdo en este momento por que no recuerdo otra más cercana, fue la última vez que estuvo hospitalizada cuando me despedí de ella para venirme a stgo. y no me quería venir, de hecho me fui lo más tarde que pude, no tenía un presentimiento pero sentía que mi abuela se me iba, y la abrace mucho impresionantemente me dejo abrazarla y besarla y le dije como 5 veces que la quería y ella como nunca con voz fuerte y clara me dijo " yo también la quiero mucho" tengo esa imagen grabada en mi mente, fue la última vez que la vi.

Yo creo que ella sabía que el momento se acercaba, en los últimos meses, hizo cosas que demostraban que ella sabía que la muerte se acercaba, arreglo varios asuntos.

Su carácter fuerte nadie nunca podrá negarlo, ella fue una mujer de armas tomar.

Recuerdo que mis veranos cuando era chica yo siempre me iba a Curicó a la casa de mi abuela, en donde los pasteles de choclo, las humitas y las empanadas nunca faltaban. No eramos y no seremos la familia perfecta, quizás las diferencias entre mis tíos son hartas pero no recuerdo una sola vez en que alguien haya necesitado ayuda y ninguno haya salido a su rescate, somos una familia unida a nuestra manera y amo a mi familia, siempre.

Mi abuela siempre andaba con delantal, porque ella se levantaba muy temprano a cocinar y cocinaba todo el día se preocupaba del desayuno, del almuerzo mayormente y la once, era feliz cuando nos veía comiendo. Era una mujer de campo sin duda, amaba a sus pollos, a los que siempre les compraba el chancado, y les guaradaba las hojitas de lechuga. Amaba las plantas, en la casa de mi abuela hay un jardín gigante, y se preocupaba cuando no podía regar sus plantas. Amaba la vida de campo, cuando venía a stgo se ahoga y no queria estar acá quería siempre regresar a su campo amado, con sus pollos y en tiempos mejores con la crianza de aves, de chanchos, junto al caballo de mi abuelo, lo único que le quedaba de él, ya que mi abuela enviudo hace más de 25 años.

Otra imagen que tengo de mi abuela es cuando picaba repollo, siempre picaba repollo y hasta las últimas, incluso cuando su salud estaba muy mal siempre pico el repollo tan finito, el primer día de velarla recuerdo que desperté y soñaba y quería tanto correr a la cocina y verla ahí picando repollo.

Ese 14 de septiembre que falleció nosotros viajamos apenas pudimos, pero mi mayor miedo y el de mi mamá se hizo realidad, no pude despedirme de ella...
Nos avisaron temprano que estaba mal, mi mamá salió de la casa en cuanto pudo y en el auto partió a 150 km/h por la carretera hacia Curicó para alcanzarla pero tampoco pudo, dos paros cardiorespiratorios y que mi abuela dijera basta, ya no más, no se lo permitieron.

Cuando llegué en la noche (yo me fui después para esperar a mi hermano y a mi tío) corrí hacia la casa y en el camino abrace a mi prima pamela, uan de mis primas a la que más soy cercana. fue un abrazo largo.

Al entrar a la casa de mi abuela era otra casa, para mi estaba vacía, estaba llena de gente que quería a mi abuela, por que mi abuela fue alguien muy importante no solo para mi. Fue mucha la gente que fue a velarla, a dejar un arreglo floral, una corona, o simplemente ir a darnos un abrazo de apoyo, a mi realmente me impresiono la cantidad de gente que fue. Aún así era una casa vacía, llena de recuerdos que ahora eran dolorosos por no poder volver a vivirlos y recordarlos junto a ella, mi abuela. Esa noche busque a cada uno de mis once tíos para abrazarlos largamente, entre la gran cantidad de gente estaban mezclados y cada uno me abrazo y besó, mi tío Cristián con quien yo estuve un tiempo enojada pero luego arreglamos nuestras diferencias fue quien más fuerte me abrazó y con su gran sonrisa y apoyo me consoló.

Ambas noches velandola se me venían recuerdos tan fuertes que hasta hoy me hacen llorar y recuerdo que me escondía de ellos ofreciendo café, sirviendo el consomé de mi Tía Iris, la hija mayor de mi abuela. Tratando de ayudar en la casa para hacer cosas y no recordar.

El velatorio y funeral procuramos que fuera muy simbólico, recordándola como ella se lo merecía. Yo trate de velarla lo más que pude, quería estar ahí con ella lo máximo posible recordarla, llorarla, despedirme de ella, necesitaba despedirme de ella. El cansancio, la pena, la rabia y las ganas de volver a verla muchas veces me hacían ir a dormir un rato, fueron dos noches eternas en donde yo no quería que llegará el funeral, quería tanto verla, abrazarla verla en su cocina picando repollo y retándome por que me levante tarde. Pero eso no va a suceder mi abuela falleció y no hay nadie que pueda remplazarla.

El funeral fue impresionante para mi, al salir de la casa los nietos hicimos una fila por el pasillo rodeando el camino por donde ella pasaría todos los nietos con una rosa, hombres con una rosa roja, mujeres con una rosa blanca y fueron los hijos de mi abuela los que cargaron el féretro con mi abuela. Nuevamente fue muchisima la gente la que nos acompaño en el camino hacia la iglesia la fila detrás de la carroza fúnebre era inmensa yo creo que por lo menos un km. y medio de fila, realmente larga. y cuando llegamos a la iglesia ya había gente esperándonos, los abrazos cariñosos, ayudaron harto. Nuevamente se hizo la misma fila de los nietos en el pasillo por donde ella pasaría y luego durante la misa los nietos hombres ya que ellos eran los más compuestos rodearon el féretro con mi abuela y le hicieron una especie de guardia, acompañandola así durante toda la misa. Y así fue más o menos la dinámica que se utilizó hijos y nietos se turnaban para cargarla y los nietos siempre con la rosa hasta llegar al cementerio donde nos despedimos por última vez y dejamos esa rosa junto a ella.

Fueron momentos tristes y dolorosos, pero sé que hoy mi abuela por fin descansa, que sus pulmones hoy están llenos de aire en el cielo y que fue un funeral quizás como ella quería donde estuvimos todos, fueron muy pocos lo que no estaban, y donde como familia unida afrontamos este preoceso juntos.
Es difícil esto siempre pensé que cuando el momento llegara iba a ser difícil, nunca pensé que lo sería tanto. Aun sueño con ella, la recuerdo a cada momento y se me caen las lagrimas por ella.

Tengo en mi nariz impregnado su olor, no lo puedo olvidar.

Te amaré hoy y siempre, y jamás podré olvidarte abuela, te amo.





1 comentarios:

SRTA TEMPLARIA dijo...

Fuerza.. q más te puedo decir..

Un abrazo grande de esos de oso..